Como raíz que se secó
ceniza de un bosque que fue
sin su voz, sin brillo está
derrotado, inmóvil se va.
De ese pobre cuadro tan cruel
de esa aparente inútil sumisión
Dios lo logró, Cristo logró.
La libertad, la canción,
toda nuestra redención,
el cordero, mi señor,
mi amigo, cristo.
Nombre sobre todo nombre
subió alto
el señor, príncipe de paz.
Vino a mi vida, me libró,
puso en mi alma esta canción,
el cordero, mi señor,
mi amigo, Cristo.