No hay problema muy grande, que Dios no resuelva,
No hay montaña muy alta, que Dios no la mue-va.
No hay tormento muy negra, que Dios no la calme,
No hay dolor ni angustia, que Dios no la sa-ne-.
Si el llevo las cargas del mundo, sobre sus ho-mbros,
También tus cargas mi hermano, el las llé-vara-.
Si el llevo las cargas del mundo, sobre sus ho-mbros,
Las cargas que a ti te agobian, él las llé-vara.
El digo ven, hacia mi, los trabajados, y cansado-s,
y yo-, los haré descansa-r.