Una niña tengo yo, rubia como las candelas
Tiene quince años y es como una princesa.
El hijo de mi primo se ha fijado mucho en ella
Le comentó a su padre, padre vamos a hablar con ella.
Su hijo y mi primo se dirigen a mi casa,
Vienen a pedirme a ni niña de mi alma,
Le dicho que es muy chica que mi niña no se casa
Se levantó llorando y triste se marchó a su casa.
Y ese joven con lágrimas en los cara,
Un portazo a la puerta daba,
Y mi niña temblorosa y con miedo
De sus adentros le salieron estas palabras,
Padre aunque sea chica también tengo decisiones,
Aunque sea una niña padre tú no te equivoques,
Que cuando el amor llega no se fija si somos mayores,
En el amor no existe edad viejo tú no te equivoques.
II