Ella es mujer fuente,
ella es mujer árbol, manantial;
parece una canción
cuando se deja reposar,
una canción de Leonard Cohen,
tal vez de Janis Joplin;
pienso que no existe
si no fuera por su cálido amor,
por sus delgadas piernas imantadas;
en su profunda gruta
no existe el tiempo,
en su profunda gruta
no existe el dolor terrible de la música.
No existe esa angustia impalpable
de llorar boca abajo
en un campo de fresas, amapolas y guindas,
bajo la lluvia infame
rodeado de perros que te lamen
los ojos.
En su profunda gruta
no existe el tiempo,
en su profunda gruta
no existen las manos
y todo el Universo
con su angustia impalpable.
Sube y baja la muerte
por su amor inasible
mientras Yoko Ono canta
haced el amor
entre nubes de llanto.
Hay un humo fugaz
que nos ata y nos quema.