Los hilos de mi vida se van cortando,
siento que hacia la tierra me van llevando.
Pero aún tengo ganas de abrir la puerta,
de gozar primaveras, y canto.
Amigos y mujeres se van cambiando,
a lo largo del viaje se van cambiando.
Con la alegría roja que me da el vino
engaño al pensamiento y canto.
Morir sobre un escenario
estando rodeado de amigos.
Lograr que lleves en los labios
el último de mis suspiros.
Mi vida, mi alma.
Mientras que una guitarra vaya sonando
candombe, las milongas, y algún buen tango.
De garganta caída son muchos años,
sin otras pretensiones hoy canto.