Tu derrota es la mía,
y mi fracaso tu quebranto, mujer.
Mía es tu ruina, tuya mi agonía
tan sólo somos un par de perdidos que
no tienen nada que perder.
Y, sin embargo, o, tal vez por eso,
donde más duele nos damos los besos.
A sangre y fuego, a sangre y fuego,
te parto el alma y me mato luego.
No tendré piedad de ti,
no tendré piedad de mí,
morir matando,
matar muriendo,
sin piedad de ti,
sin piedad de mí.
Callejón sin salida;
así es esa malsana realidad,
LE7 Mi7(+5)
y si te venzo me odiarás
y si huyo, no he de verte nunca más.
Me necesitas y te necesito,
como la confesión necesita al delito.
Sueño contigo, sueño contigo,
como la muerte sueña con alguien vivo.
No tendré piedad de ti,
no tendré piedad de mí,
morir matando,
matar muriendo,
sin piedad de ti,
sin piedad de mí.
No tendré piedad de ti,
no tendré piedad de mí,
morir matando,
matar muriendo,
sin piedad de ti,
sin piedad de mí.