Ciega por el vino,
saliste al camino
pensando no se que;
buscando que el placer te diera aliento.
Ni triste, ni aburrida,
soberbia y mal herida,
tan sola como va
un angel por una avenida.
La luna en tus ojos
rociado de perlas,
brillaba tu vientre,
temblaban tus piernas;
prendi un cigarrillo y fume silbando,
silbando.
Busque por todos lados, me doble en los bares,
mire por las ventanas,
La luna en tus ojos
rociado de perlas,