Se te olvida, que me quieres a pesar de lo que dices,
pues llevamos en el alma cicatrices, imposibles de borrar;
se te olvida, que hasta puedo hacerte mal si me decido,
pues tu amor lo tengo muy comprometido, pero a fuerza,
no será.
Y hoy resulta, que no soy de la estatura de tu vida,
y al soñar otros amores, se te olvida, que hay un pacto
entre los dos;
por mi parte, te devuelvo tu promesa de adorarme,
ni siquiera sientas pena por dejarme, que ese pacto,
no es con Dios.