Bajo el yugo de la incapacidad
se alza un canto ante su temeridad,
una llama de libertad
disipando la oscuridad.
Sobre el charco de la mediocridad
sigue a flote terca la integridad
manteniendo su identidad
solo a fuerza de voluntad.
Haciendo el corazón trinchera,
ondeando el alma como bandera,
siendo dignidad única frontera.
El convite de la rivalidad
no permite vestir debilidad,
tolerando crueldad,
falseando autoridad,
rompe la cadena no hay más.
Sorteando el ideal
donde no te incluirán,
rompe la cadena no hay más.
Haciendo el corazón trinchera,
ondeando el alma como bandera,
siendo dignidad única frontera.