de mi vida es como un cántaro de miel vertida
Para consolación de mis antojos, Rendido
te adorara yo de hinojos con la llama de amor más
encendida Y lavando la sangre de mi herida
Me pusiera a jugar con tus abrojos
Yo daría por ti la emoción plena palpitando
el linde del ensueño cual una noche de lírica verbena
Y probara también de tu beleño Y buscara tu miel
para mis labios, pero Divina mía: ¡es esto un sueño!