Tras rodar vengo ante tí
al fin pude comprobar
que la pasión que te dí
la arrojaste sin mirar.
Rojheyama che cambá
porque no supiste ver
que fue grande mi querer
que te amé con ansiedad.
II
Recuerda mi bien
que junto a tí
sin fin gocé
que mi querer tan puro fué.
Mas con tu desdén
e ingratitud
todo murió
y el alma llora su dolor.
I