En un rincón alegre
de verdes naranjales
yo tengo mi ranchito
pleno de dicha y paz.
Allí aves canoras
con trinos celestiales
aumentan la fortuna
que no soñé jamás.
II
Una mujer que comprendió
las penas de mi corazón
una mujer que me brindó
el bálsamo de su pasión.
Tan solo yo quiero cantar
las dichas plenas de mi ser
y en mis versos recordar
lo que ha podido una mujer.
I