Despierta en el corazón la necesidad de ir
a entregar las manos y las ganas de servir.
Se escucha un grito de desesperanza en el país,
hay tanta gente extraviada, sin ganas de vivir.
Y es su voluntad, venir a este lugar,
ser la luz que ilumine el caminar.
Portadores de la esperanza,
siguiendo a Cristo con el corazón,
sembradores de la Palabra,
encendiendo almas con su amor.
Se abren nuevas puertas para evangelizar,
Renacerán la fe y la caridad,
se calmarán tormentas con su paz,
se construirán hogares donde reine la verdad,
donde todos puedan compartir el pan.