Cuando todos se han ido,
en la penumbra triste de este boliche viejo,
me bagualea el grito de mis viejos amigos,
que un día se me fueron.
Me tomo un vino largo por mi sed y la de ellos,
y en un hondo letargo
yo em amanezco solo
pensando que la vida tan solo es un pañuelo.
Cuando me quedo solo
Y entonces digo cuándo
es la justa medida de la vida que vivo;
si lo que yo mas quiero se me va de las manos
como agüita del cielo.
Y la morocha aquella
a la que tanto quise mi unico consuelo,
ni siquiera me espera, ni siquiera regresa
con mis viejos amigos.
Cuando me quedo solo,