Cuando los niños pijos, te pisan la conquista,
cuando las margaritas te repiten que no ¡que no!
Cuando a los pelagatos se les trata de artistas
A la hora en que a los feos nos toca bailar solos,
cuando de pura pena, te llora el corazón
habrá que rebelarse, habrá que santiguarse,
habrá que desgarrarse hasta perder la voz
habrá que disfrazarse, habrá que ilimitarse
habrá que conservarse si es posible en alcohol.
SOl
cuando los edificios, parecen de papel
cuando en tu apartamento se instala la tristeza
A horas intempestivas cuando el sueño no llega
y un vómito de bilis acaricia tu piel.
Habrá que levantarse, habrá que desnudarse,
habrá que desbocarse, hasta perder la fe.
Habrá que asalvajarse, habrá que emborracharse
habrá que equivocarse por enésima vez
Cuando los presidentes se quedan sin becarias
y el tren de la distancia descarrila en tú andén,
cuando las prostitutas se vuelven empresarias
y no encuentras caricias de pago en todo a cien.
Cuando los magistrados condenan mi lujuria,
cuando duermo en la calle y vivo en un hotel.
En días exultantes y noches de penuria
a la hora en que libero la pasión y la furia.
Cuando mi mano diestra ya no me da placer,
habrá que equilibrarse en el diván del miedo,
habrá que prepararse, huir y no volver.
Habrá que vacunarse, habrá que reinventarse,
habrá que equivocarse por enésima vez.
Por enésima vez