Perdona, Señor, mi culpa y mi pecado,
perdóname, Señor
¡Feliz el que ha sido absuelto de su pecado
y liberado de su falta!
¡Feliz el hombre a quien el Señor no le tiene en cuenta las culpas,
y en cuyo espíritu no hay doblez! R.
Pero yo reconocí mi pecado,