Cuentan, que un pastorcillo, de ojos azules se enamoró,
de una princesa, que en su carroza por el camino paseando va
Cuentan, que un pastorcillo, de ojos azules se enamoró,
Y tan prendado se quedó, de la princesa y su mirar,
que aquella noche la pasó, llorando sin cesar
Y tan prendado se quedó, de la princesa y su mirar,
que aquella noche la pasó, llorando sin cesar
Cuentan que el pobre pastorcillo, aquella noche murió llorando,
y la princesa en su castillo
esa misma noche se la pasó bailando.
Yo moriré bailando, yo moriré gozando,
Yo moriré bailando, yo moriré gozando,
Una copa de vino y una parradanda recuerda compay
que te cura el alma.