Yo andaba con el alma a flor de grito
con el duende que dá el tinto
en noches chamameceras.
Y estaba por meterme a guitarrero
cuando vi tus ojos negros
que brillaban para mí.
ESTRIBILLO
A Santo Tomé añoraré cuando me vaya
allí el calor de la amistad anda a sus anchas.
A Santo Tomé he de volver por estar juntos otra vez
Santotomeña queda en tí toda mi fé.
La islita ya nos vió con manos juntas
cuando el sol caía de puntas
sobre las piedras del río.
Y el Uruguay contento nos miraba
con piruetas de mojarras
para vernos sonreir.