Apoyá en el quicio de la mancebía,
Miraba encenderse la noche de Mayo.
Pasaban los hombres
Ella sonreía,
Hasta que en su puerta paré mi caballo.
Serrana me das candela
Y ella te dije gaché.
Ven, y tómala en mis labios
Que yo fuego te daré.
Bajé el caballo
De cerca te ví
Y fueron dos verdes luceros de Mayo tus ojos pa' mí.
Ojos verdes,
Verdes como,
La albahaca.
Verdes como el trigo verde
Y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes
Con brillo de faca
Que se han clavaito en mi corazón.
Pa mí ya no hay soles,
Luceros, ni luna,
No hay más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes,
Verdes como,
La albahaca.
Vimos desde el cuarto despuntar el día,