No pudimos esquivar esas sucias leyes,
las que aferran la esperanza al dolor,
queriendo evitar heridas en la noche.
Las historias de una vieja tradición.
Los culpables de una nueva desgracia ocurrida
toman vino en un gran palacio, hoy.
A pesar del largo tiempo transcurrido
los tiranos no han llegado a la extinción.
Ya no se puede creer, otra vez
las historias que nos quieren imponer.
Se que quieres ver la gente a tus pies,
No voy a caer.
Ya no nos echen toda la culpa a nosotros
porque nadie ha venido a ayudarnos.
No se puede aspirar a algo importante,
Las heridas no se cierran con hablar.