Era más blanda que el agua,
que el agua blanda.
Era más fresca que el río,
naranjo en flor,
y en una calle de hastío,
calle perdida,
dejó un pedazo de vida
y se marchó.
Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento,
perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon en el viento
después, qué importa el después,
toda mi vida es el ayer
que se detiene en el pasado,
eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado
como un pájaro sin luz.
¿Qué le habrán hecho mis manos,
qué le habrán hecho,
Primero hay que saber sufrir