Vendaval de nostalgia me alimenta
cuando te oigo hablar.
Llega el blanco y verde de las cosas nuestras
llega el cafelito bueno del sofá.
Si ya lo sé, que tendría que cuidarme,
pero tú también.
El cansancio lo curaste sin palabras,
mi canción quiere curarte a ti también.
Eres mi salvación,
mi primavera cuando llueve la distancia en mí.
Háblame para que solo vea,
las muchas maravillas que hay en ti.
Montañas de sal, tu marinero en alta mar.
El beso eterno en el salón,
y la alegría del poniente de tu mano.
Tanto corazón en tu vientre azul,
llenando tantas vidas.
¿Qué sería de nosotros si no estás?
Mi capitán, mi flamenco cuando aprendo cada día de ti.
Aún recuerdo que en tus hombres me gustaba
Eres mi salvación,
mi primavera cuando llueve la distancia en mí.
Háblame para que solo vea,
las muchas maravillas que hay en ti.
Montañas de sal, tu marinera enamora.