Qué monada era Agapito,
Agapito el chimpancé.
Era un santo de chiquito
cuando sólo andaba a pie.
Prometía ser el ángel
de los monos, pero no.
Se hizo bruto cuadrumano
cuando se motorizó.
Le crecieron los colmillos,
se le enronqueció la voz
y se puso mitad diablo
y mitad lobo feroz.
Basta ya
de alboroto
con la moto.
¿Para qué?
Si es mejor andar a pie.
Los vecinos tiemblan todos
cuando pasa el animal,
se derrumban los espejos
y las copas de cristal.
Los vecinos están presos
del petardo corredor,
juegan al oficio mudo,
no oyen el televisor.
Basta ya
de alboroto
con la moto.
¿Para qué?
Si es mejor andar a pie.
Agapito corre y corre
transformado en malhechor,
sin cuchillo ni pistola,
solamente con motor.
Propietario de la calle
y ministro del terror,
bachiller en terremotos
y pichón de dictador.
Basta ya
de alboroto
con la moto.
¿Para qué?
Si es mejor andar a pie.
Cuando estaban ya por darle
su carné de criminal,
con la moto de sombrero
fue a parar al hospital.
Tiene yeso hasta en las uñas
pero está bastante bien.
Esperemos que no sea
contagioso el mal. Amén.
Basta ya
de alboroto
con la moto.
¿Para qué?
Si es mejor andar a pie.
Si es mejor andar a pie.