Qué dicha es tenerte así, mi cielo,
sintiendo tu corazón latir,
bebiendo con ansiedad tu aliento,
quemándome en tu vida febril;
hay gente que de dolor se muere,
celosa por carecer de amor,
que importa la gente así,
si Dios te ha traído a mí,
que se haga la voluntad de Dios.