Sublime añoranza, guarda el alma mía
y trae la tristeza en mi soledad.
Pienso en el futuro ya sin esperanza,
porque en la distancia tú me olvidarás.
Si en tu cabecita llevas todavía
algo de la dicha de nuestro querer,
piensa que yo lejos debo sufrir tanto
sin ningún consuelo en mi padecer.
Estr.
¿Por qué dejaré de añorarte?
Rohayhueteíva che mborayhumi.
(En castellano)
Siendo tu la dueña de mi corazón.
Podré sucumbir, tal vez,
aheka raságui ne kunuumi.
(En castellano)
Por sentir la ausencia de tu dulce amor.
Hoy que ya la sombra del martirio invade
el triste santuario de mi alma en dolor,
surge tu recuerdo como una esperanza,
trayéndome el néctar de tu boca en flor.
Suspirando evoco tantos días felices
de dicha infinita que no olvidaré
y en mis noches tristes de nostalgia llenas
por seguir viviendo en ti pensaré.