Se instaló en el ático hace un mes,
creí que hablaba al revés,
pero Marlene era de Ucrania.
Pronto aporreaba en su portal,
del todo preso de ansiedad,
culpa de mis circunstancias.
Acordé una cita con Marlene,
creí que le iba a sentar bien,
ver mi transformación.
Para conseguir un gran impacto,
escondí con sumo tacto
mi medicación.
Tengo una crisis para ti,
ya empieza el show
de las sesenta voces.
Y si te como en el parqué,
fiesta con mis vocecillas, ¡qué ilusión!
Hay un Phil Collins en mi cabezón.
Llaman a la puerta, ¿serás tú?