Amaron un amor urgente.
Las bocas saladas por la marejada.
Las costas dañadas por las tempestades.
En esa ciudad tan distante del mar.
Amaron el amor sereno
de nocturnas playas, alzaban las faldas
y se iluminaban de felicidad,
en aquella ciudad tan sin brillo lunar.
Amaron el amor prohibido.
Y eso es sabido todo el mundo cuenta
que una andaba lenta, grávida de luna
y otra iba desnuda, ávida de mar.
Y fueron quedando marcadas
oyendo las risas, temblando de frío,