Cuando me llegue el instante de marcharme de esta vida,
cuando no tenga cabida recurrir a los demás,
y cuando sólo mis obras sean mi único equipaje,
por compañera de mi viaje te quiero en mi hora final.
/Madre de la buena muerte,
no me dejes a mi suerte
encomiéndame al Señor./(bis).
Cuando los míos comprendan