Fue aquel furor de los mares
que hizo estragos en mi mente,
y naufragando pesares,
pedí socorros urgentes,
aquel diluvio gigante
se adueñaba de mi mente.
Se me dio vuelta un espejo
que censurando los puedo,
que era mentira el progreso
y no existía los creo.
Mis grandes ojos perplejos
se cerraban por los miedos.
Hoy estoy frente a ese espejo,
creyendo al fin lo que veo,
vivo este sano reflejo
que me dibuja los puedo.
Temerosos ya se marchan,
para siempre, aquellos miedos.
Y cuando ganan los puedo,
y cuando gana el creer,
ya no es cuestión de ganar
ni tampoco de perder,
sólo es cuestión de estar vivo
y saber bien que podés.
Hoy mi día es un milagro
y con él voy de paseo,
de una mano con mis puedo,
de la otra con mis creo,
transitando por la vida
con los seres que más quiero.
Quiero aprender de lo bueno
y respetar el respeto,
disfrutando de esta vida
que me revela secretos,
de una mano mis tres hijos,
de la otra mis nueve nietos.
Es imponente la hora,
ya no más oscuridad,
para mi la vida es danza
y estoy dispuesto a danzar,
tener sueños, esperanza,
mucho amor y mucho dar.
Sé que se puede crecer,
que cada instante me asombre,
que con amor y pasión
todos los sueños responden.
Y cuando ganan los puedo,
y cuando gana el creer,
ya no es cuestión de ganar
ni tampoco de perder,
sólo es cuestión de estar vivo
y saber bien que podés.