Que sagrado alimento que es el cansancio
y la fuerza divina de andar descalzo.
El final del camino ¡qué buen misterio!
y es que nunca está afuera porque está adentro.
De los éxodos somos y los exilios,
hemos ido hasta Roma y hasta el Egipto.
No hay aviones ni trenes ni auto o dinero
que me lleven al sitio que yo más quiero.
Si Jesús caminaba sobre las aguas
yo, su siervo, camino sobre mis llagas.
Paso a paso cantamos por los caminos,
con las penas al hombro los peregrinos.
De mi tierra a Santiago de Compostella,
entre todas las huellas la jacobea.
Que alumbrando a las puertas del Obradoiro
en Galicia me aguarda su santo apóstol.
Como en África y Asia, como en Europa,
hoy la pampa argentina perfuma glorias.
¡A llegar, trotamundos, como la aurora,
que en Luján nos aguarda la virgen criolla!
Si Jesús caminaba sobre las aguas
yo, su siervo, camino sobre mis llagas.
Paso a paso cantamos por los caminos,
con las penas al hombro los peregrinos.
Con las penas al hombro los peregrinos.