Las ganas de inventar
Y una tiza al cielo,
Marcaran la frontera de mi razón.
Y un arsenal de paciencia y celos
Nos recuerdan, las chicas no pagan dinero.
Y a la vez que lo sagrado, siempre es pequeño
Tus fantasmas me pueden resucitar.
Mi colección de angelitos negros
Nos recuerdan, tenemos lo que merecemos.
Lo sé porque muchos ya se fueron
Y hoy sigo sus pasos al caminar.
Y aquí tú y yo,
Solo quedamos los buenos
Nadie nos enseña donde parar.
No te asuste el desgastarme; soy eterno
Y esas manos tan puras como el coral.
Ya llegará lo del cementerio
Y solo entonces lo mismo será que no serlo.
Lo sé porque muchos ya se fueron
Y hoy sigo sus pasos al caminar.
Y aquí tú y yo,
Solo quedamos los buenos
Nadie nos enseña donde parar.