Virgencita que estás en el cielo
al amparo de Dios, madre buena.
Vengo a ti suplicando me ayudes,
por que ya no soporto mi pena.
Sabes bien madrecita divina
que el señor no ha querido escucharme,
tantas almas le piden lo mismo
que su ayuda no puede alcanzarme.
Las campanas de la iglesia
doblan a bronce fatal,
cada repique en mis sienes
es como un clavo mortal
Por el llanto que tu derramaste
una tarde en el Monte Calvario;
intercede por mi virgencita,
tú que tienes poder milenario.
Introducción
Por el llanto que tu derramaste
una tarde en el Monte Calvario;
haz que el bronce de tu campanario
grite al viento el final
de mi mal