De tu cántaro da ― me, dame tu de beber
A la samaritana, dijo un día Jesús.
¿porqué siendo judí ― o me diriges la voz?
//Respondió con vehemen ― cia,
La mujer que ignoraba La grandeza de Dios//
¡Oh! Si tú conocie ― ses este Don que es de Dios
Y quién viene a pedirte que le des de beber,
Seguro pedirí ― as y Él podríate dar
//Agua más deleito ― sa, Que en los pozos terrenos
No podrás encontrar//
Quién bebiere de esta a ― gua, Volverá a tener sed,
Mas aquel que bebiere la que de la que le daré,
Para siempre decla ― ro que más sed no tendrá;
//En su alma una fuente, Para vida eterna Con poder saltará//