En la cruz un puñal,
don Manuel Gorostiaga
ha jurado peleando, vencer o morir,
y se juega la vida para triunfar.
Tiembla el sol, al besar,
la orillita del bañado,
porque el viento, silbando y pechando al pasar
hecha zamba, la muerte viene, viene a bailar.
En la voz, un cantar,
del alma santiagueña.
Y la Gorostiaguista se va a entreverar
en el canto y las colas de un guitarrear.
Y la Gorostiaguista se va a entreverar
hecha canto al guitarrear.
Al pelear sin cuartel