Cuando yo no era funao,
por los ratis desgraciaos
piola pasaba por la pesca,
nunca me habían maquiniao
y por culpa de un gil azarpao encané,
la máquina aguanté
y al gil por zarpao que chuzaso le pegué.
A la hora de almorzar
nos dan porotos no caen mal al buche
y el sargento de puro copuchento
viene con paso lento
nos viene a sapiar.
Y si usté me viene a ver,
mándeme un pan con una lima adentro,
eche también la escofina,
que quiero pronto arrancar de este lugar.
Ya se siente el mal olor,
esto lo peor,
que le puede pasar, que le puede pasar, 3veces
a un pobre drogadicto como yo.