Todo pasa en el mundo, todo dura
lo que dura una flor, un ave, un nido,
todo muere o se pierde entre la oscura
y pavorosa noche del olvido
y pavorosa noche del olvido.
Pero el amor inmenso y la ternura,
en que por ti, latido tras latido,
arde mi corazón, han convertido,
mi vida en una noche de amargura,
mi vida en una noche de amargura.
No pasarán, jamás, podrán los años
rodar, fugaces, en veloz carrera
y apagar tus miradas y tus besos.
Con su soplo mortal, los desengaños,
exaltarán mi amor y cuando muera,
aún en la tumba, te amarán mis huesos,
aún en la tumba, te amarán mis huesos.