Vi gente sonriendo
al bajar de la colina,
después de ver morir
al hombre de la vida.
Vi gente aliviada
de no tener que ver
al insolente que dijo
que no hay nada que temer
Vi hombres que bajaban
con miradas de piedra
que sintieron morir su fe
en una cruz de madera.
Vi mujeres llorando
al pie de la alta cruz
compartiendo con la noche
la muerte de Jesús.
Entonces decidí
no seguir en ese lugar
y dejar de creer
en palabras de eternidad,
de eternidad.
Hasta que vino un hombre
llorando de alegría,
diciendo que aquel joven
de nuevo tenía vida,
tenía vida.
Lo han visto,
lo han visto andando,
como antes lo oyeron
hablar de paz.
Con la misma voz
y todo su amor.
No ha muerto,
ha resucitado.
Volvió a cantarle
a la vida y al sol.
Habla de su Padre,
habla de su amor
y lucha
los dejó sin palabras
a aquellos que cantan
la canción del horror.
Vino y abrazó,
se dejó abrazar.
Está vivo,
Jesús está vivo.
Llora y sonríe por su juventud
y a nuestro lado
va caminando.
Jesús
Jesús