Con algazara cruza por la población
la alegre tuna derramando una canción.
Canción de amante, canción de ronda
que hace feliz a la mujer en su ilusión.
Por una escala de guitarras y bandurrias
trepan las notas hasta el último balcón.
Horas de ronda de la alegre juventud
que abren al viento sus anhelos de inquietud.
Sal niña hermosa, sal pronto a tu balcón
que un estudiante te canta con pasión.
Horas de ronda que la noche guardará
como un recuerdo que jamás se borrará.
La estudiantina te dice adiós mujer
y no suspires que pronto ha de volver.
Rasga el silencio de la noche una canción
que busca abrigo en un amante corazón.
Horas de ronda, rumor de capas
y una alegría que se cuela en un balcón.
Tras los cristales una sombra femenina
escucha atenta, temblorosa de emoción.