Esta tarde llueve, y de pronto
tengo ganas de vivir, corazón.
Esta tarde es dulce. Por qué no ha de ser?
Viste de gracia y pena; viste de mujer.
Esta tarde en Lima llueve. Y yo recuerdo
las cavernas crueles de mi ingratitud;
mi bloque de hielo sobre mi amapola,
más fuerte que su "no seas así"
Mis violentas flores negras, y la bárbara
y enorme pedrada; y el trecho glacial.
Y pondrá el silencio de su dignidad con oleos
quemantes el punto final.
Por eso esta tarde, como nunca, voy
con este búho, con este corazón.
Esta tarde llueve, llueve mucho.
Y no tengo ganas de vivir, corazón!