No es casual estar acá
tan perdidamente vivos
dos extraños que
fueron más que conocidos.
Intenté esta vez,
actuar sin saber qué hacer,
algo que no
resulte tan aburrido.
La melancolía ya no es tan buena amiga.
Y no es casualidad encontrarnos acá,
tan perdidamente vivos,
dos extraños conocidos.
Como un ciego que encontró
un tesoro en la basura
dejé transcurrir
el invierno sin abrigo.
No quiero que me ames,
solo quiero que ames,
los incendios nunca
fueron míos.
La melancolía ya no es tan buena amiga.
Y no es casualidad encontrarnos acá,
tan perdidamente vivos,
dos extraños conocidos.