Dicha sin igual, de tantos años
somos al final, cuando extraños
que en la noche van a su destino cruel.
Dicha que nació por un milagro
que hoy es un adiós, el fin amargo
que jamas tendrá, el perdón de Dios.
Lucha sin cuartel, en nuestras almas
mustias y un recuerdo fiel.
Y en las angustias sólo el amor quedó
un sabor a hiel.
Somos dos extraños más
que gritan en la noche cruel
todo lo feliz de su pasado,
sombras que al huir se han esfumado
y en la noche gris, son dos extraños más.