Ay de aquel que atraviesa, forastero
La frontera del sueño en esta tierra
Que siempre estuvo en guerra, forastero
Esta tierra no tiene corazón
La guardan por el norte diez colinas
Vigías en la niebla de ojo frío
Allá los frutos cubren con espinas
Un misterioso corazón vacío
Al sur huyen del suelo las raíces
Detrás de un río de ruidosa plata
Mojan su pico en sangre las perdices
De los amores que esta tierra mata
Ay de aquel que atraviesa, forastero
La frontera del sueño en esta tierra
Que siempre estuvo en guerra, forastero
Esta tierra no tiene corazón
Aurora temerosa que en el cieno
Fue sujeta por rudos cazadores
Nana rabiosa, madre cuyo seno
Alimentó mentiras y rencores
La mirada sus hijos escondieron
Por solares perdidos y desiertos
Y en lunáticos juegos aprendieron
A contar con los huesos de los muertos