Con mi bandurria a la espalda
recorro las calles buscando fortuna,
mientras arriba en el cielo
celosa me observa mi novia la luna.
Una ventana se abre
en dulce respuesta a mi suave requiebro,
que el viento lleva en volandas
cruzando Baranda en pos de un anhelo,
mientras abajo en la calle
canciones de ronda suben hasta el cielo.
Está cantando la Tuna
sones de amor y alegría,
y hasta el aire se detiene,
cantando la estudiantina .
Niña si oyes a la ronda
cantar bajo tu balcón,
verás que los estudiantes
llevan siempre en el semblante
una nota de ilusión,
que cuando canta mi tuna
las estrellas y la luna
van cantando su canción.