Te apoderarás de mí,
de todos mis infiernos,
podrás ver más allá
de lo que nadie pudo ver en mí.
¿Qué estaba haciendo la ciudad
cuando el mundo cambió?
Paralizándome hasta no sentir dolor,
para dejarnos en la historia uno de dos.
Te apoderarás de mí,
de todo este cielo,
el camino será largo aún,
pero mirando siempre al sol.
Cuando estés acá, el santo no llorará,
las cosas cambiarán, sé que cambiarán.
La dicha va a llegar hasta mi olvido,
traerás la fe que mueve las montañas,
y abrirás las aguas hacia la libertad.
Mientras, esperándote estoy,
vestido para la ocasión,
¿Qué estaba haciendo la ciudad
cuando mi suerte cambió?
Cuando estés acá, el santo no llorará,
las cosas cambiarán, sé que cambiarán.