Sonando el toque de queda
vamos corriendo
por la carretera,
la gente madruga
Alá les ayuda,
todo saldrá bien.
Descalzos, azadas en mano
segando los campos
mujeres mirando
las cañas de azúcar
en grandes montones
esperan el tren.
Montañas guardando secretos
de quién sabe cuando,
pedazos de alforjas
resurgen del suelo,
me han acorralado
¡qué tengo que hacer!
¡qué tengo que hacer!
¡qué tengo que hacer!
¡qué tengo que hacer!
Y ahí, en la esclusa de Esna
el río ha crecido
remeros gritando
chilabas mojadas
monedas al agua
¡dame pa comer!
Los niños tejiendo hilares
hacen malabares
muñecas de trapo
sales minerales
sus ojos brillantes
penetran mi ser.
Colosos sentados esperan
las aves apoyan
sus hombros cansados
del tiempo y el viento
que roza y moldea
los cuerpos de ayer.
Las verdades de los dioses del templo
escritas en papiro
las guardé en mi bolsillo
creyendo que un día
flotaría en el Nilo
¡qué tengo que hacer!
¡qué tengo que hacer!
¡qué tengo que hacer!
¡qué tengo que hacer!
Y ahí, en la esclusa de Esna
el río ha crecido
remeros gritando
chilabas mojadas
monedas al agua
¡dame pa comer!