No tengo a nadie que me lleve hasta el agua
Quieres ser sano dijo el señor
No tengo a nadie que me lleve hasta el agua
Sin darse cuenta que era el señor
El que le hablaba era el hijo de Dios
Y entonces el maestro ordeno.
Levanta tu camilla y anda
Levanta tu camilla y anda
Y al instante el hombre se levanto