Fumando el cigarro de hoja
rumiando pena se le ve andar,
montando siempre en su zaino
al tranco largo sale a vagar.
Nadie su nombre conoce,
todos lo llaman manté el Kangí,
se ignora de dónde vino
y por qué causa oikó así.
Kangí, Kangí
mbaé nde rasí
fue algún amor?
quien alejó
de tu vivir
el sonreír.
En los bailes no conversa,
sólo la música va a escuchar
en las carreras, si juega,
sin comentarios sabe apostar.
En el tiempo de la yerra
por las estancias va a trabajar,
en el manejo de el lazo
difícil alguien lo ha de igualar.