Estamos todos otra vez aqui en el mismo bar
echando unos kubatas y no paran de hablar
los colores disminuyen al fondo esa silueta
que la veo gris y se mueve sin parar
veo un tio que se agacha, con las dos manos sujeta
en postura de gran fuerza una guitarra
el odio se desata sensacion de joven rompedor
cansado de callarse, revelarste con todo
Y de pronto asombrado la guitarra es un martillo
listo y preparado para golpear
en las piernas los grilletes mi vida sujetan
ahora tiemblan las cadenas llega su final
el golpe, el golpe, el golpe, el golpe se oira
el golpe, el golpe, el golpe, mucho antes de sonar