Allá cerquita del cielo
entre los andaaaamios
sentado como un tropero
le está mateando.
Igual como si estuviera
Hablando pocas pa laaaaabras,
lo he visto a Vargas,
quedarse así de cuclillas
mirando lejos
cercado entre el hormigón
no encuentra su cielo aquí
de balde lo está buscando
entre tanto gris.
En la radio sin querer
como un duende el acordeón
estirando un chamamé
le estremece el corazón.
Y hasta le parece angá
que si suelta un sapukai
los peones le han de oir
en la estancia el paraisal.
II
mientras tanto al escuchar
en la radio un chamamé
él remonta un sapukai
es su modo de volver.