El fuego que existía entre nosotros dos
éramos máquinas de tirar, dos cigarrillos
las calles se abrían al vernos pasar
perfecta sincronía, un buen presentimiento
Tenerte a mi lado y ver amanecer
siempre quería más contigo
recuerdo tus latidos, si no fue ayer
quién me dice cuando ha sido
interludio: (igual que el coro)
Recuerdo los primeros polvos como ayer
las tardes que nunca terminan, que derroche de pereza
tu piel como mi casa, como mi refugio
éramos máquinas de sentir, dos cigarrillos
Pasó, el veneno nos descubrió
Pasó, las cenizas no saben bien
Pasó, nos cansamos de pertenecer